jueves, 25 de agosto de 2011

AVANCES TECNOLÓGICOS EN LA AGROPECUARIA



El notable crecimiento de la actividad agrícola en la Argentina, desde la década de 1970, ha estado asociado a la expansión de las superficies dedicadas a distintos cultivos, especialmente el de soja, y a los cambios tecnológicos que se produjeron desde entonces y continúan en la actualidad. La difusión del uso de: maquinarias modernas para las distintas labores agrícolas; semillas mejoradas (entre ellas, las semillas transgénicas) y agroquímicos, son algunos ejemplos de estos cambios. También se introdujeron nuevas técnicas de siembra y plantación, y se aplicó riego complementario en áreas de agricultura de secano.
En todos los casos, estas innovaciones tienen como objetivo mejorar la producción en cuanto a calidad y rendimientos. Se denomina "rendimiento" al volumen de producción que se obtiene por hectárea cultivada. El rendimiento de los principales cultivos de la Argentina ha experimentado un gran incremento gracias a los avances en materia tecnológica.


La maquinaria agrícola


La maquinaria agrícola es aquella utilizada para labrar la tierra, sembrar, plantar o recolectar la producción agrícola. La mecanización de la agricultura consistió en la generalización del uso de tractores, sembradoras y cosechadoras mecánicas, lo que permitió realizar en menos tiempo todo tipo de tareas.
La maquinaria agrícola tiende a ser cada vez más compleja ya que cuenta con dispositivos de precisión y comandos electrónicos, lo que permite incrementar la potencia, la rapidez y la calidad de las labores.





Nuevos sistemas de producción: la siembra directa

Una de las principales innovaciones de los últimos tiempos en la agricultura argentina lo constituye la difusión de la siembra directa como sistema de producción. Se trata de un sistema en el cual se cultiva sobre un suelo que no ha sido arado previamente, es decir, sobre el rastrojo o residuos del cultivo anterior.
Esto presenta una serie de ventajas desde el punto de vista agronómico y técnico:
  • Favorece la conservación de la cobertura del suelo al evitar o disminuir la erosión.
  • Mejora el aprovechamiento del agua, ya que mantiene la humedad del suelo al quedar cubierto por una capa de biomasa (rastrojo), que retarda la pérdida de humedad por evaporación.
  • Mejora la actividad biológica y aumenta el contenido de materia orgánica en el suelo.
  • Mejora la eficiencia en el uso del tiempo, ya que reduce la cantidad de labores necesarias.
  • Reduce el uso de maquinarias (y de combustible) y personal.
Pero también presenta algunas desventajas. En los sistemas de labranza convencionales, el arado se usa, entre otras cosas, como método de control de las malezas. Con la siembra directa, ese método de control mecánico debe reemplazarse por el mayor uso de herbicidas, con lo cual la siembra directa aumenta la dependencia respecto de esos fitosanitarios.
La amplia difusión de la siembra directa en la Argentina tuvo lugar gracias a la disponibilidad de herbicidas eficientes a precios accesibles y de sembradoras adecuadas. Pero el factor fundamental que explica la creciente adopción de este sistema va de la mano de la expansión del cultivo de soja transgénica. En efecto, si se observa la evolución de la superficie sembrada con siembra directa, puede advertirse el gran crecimiento a partir de 1996, año en que comienzan a usarse semillas de soja RR y el glifosato, que permite controlar las malezas antes tratadas de forma mecánica a través del arado.
El sistema de siembra directa se está expandiendo hacia otros cultivos, aunque mayormente se usa para el cultivo de soja.



     





1 comentario:

  1. Buen resumen. Una buena alternativa sería aplicar los resultados del estudio de la biosolarización en Argentina, en el que se busca preparar el suelo mediante el uso de la energía solar para deshacerse del dañino y contaminante plaguicida que se usa actualmente.

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